miércoles, 28 de octubre de 2009

LA MUSICA DEL IMPERIO INCA

Música:

Los incas contaron con varios instrumentos musicales de viento y percusión entre los que se encuentran: la quena, la tinya, el calabacín, la zampoña, el wankar y la baqueta. La música desempeñaba un papel importante en distintas ocasiones. Se sabe que había música amorosa, guerrera, fúnebre y agrícola. La música inca se componía de cinco notas musicales.
Una característica inca fue la ejecución de música durante las labores agrícolas en tierras del Estado, con lo cual convertían las duras faenas del campo en amenas reuniones.
Los instrumentos musicales empleados en las manifestaciones corporales eran diversos según las danzas a interpretar, los integrantes, las regiones o los motivos de las celebraciones.
Las flautas eran uno de los instrumentos más populares. Las quenas por lo general, eran confeccionadas con huesos humanos mientras que otras flautas eran de arcilla, plata o, las más comunes, de carrizos.
Entre ellas destacan los sikus de caña y de cada instrumento está dividido en dos mitades con tonos complementarios y tocados por un par de instrumentos. Para formar una melodía es necesario que ambos instrumentos toquen alternadamente cuando les corresponde y además en forma simultánea con los demás registros.
Las antaras o flautas de Pan eran hechas de cerámica de nueve tubos acodados, las de carrizos se mantenían unidas por finas soguillas.
En cuanto a las trompetas halladas en las tumbas de la costa, pertenecían a uno de los tributos de los señores yungas. Con frecuencia se encuentran quebradas ya que su destrucción forma parte del ritual funerario.
El caracol marino o Strombus se representó desde la época de Chavín de Huantar y en quechua se le dice huayllaquepa. La voz pututu con el cual se le llama actualmente proviene del Caribe y fue traída por los españoles a la par que las palabras maíz, chicha y ají, entre otras. Es una adaptación de fututo por no existir en el quechua la letra "f".
Un instrumento musical básico fue el tambor. Éste podía ser de diversos tamaños y sonidos, y se utilizaba para marcar el ritmo en las danzas y bailes colectivos. Los había pequeños, ilustrados por Guaman Poma, que eran tocados por mujeres; grandes, que eran confeccionados con piel de puma u otorongo y llamados poma tinya y finalmente, los runa tinya, confeccionados con piel humana.
El compás se marcaba también con cascabeles de plata o racimos de semillas que se ataban a las piernas de los danzantes. En la cultura moche, los grandes señores o los dioses usaban atados a sus cinturas grandes sonajas de oro, como las del Señor de Sipán.

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